24 de diciembre de 2012

Volé hacia lo más alto.


Nunca existieron palabras de explosión
en cada encuentro se evaporaban.
Vuelan fundiéndose con tu mirada (y sonrisa)
hacia mundos  imaginarios
donde existe lo que aquí se perfumó,
lo que nunca se formó para no engañarnos.
Con frecuencia intuimos el fin
antes de comenzar, de articular palabra.
¿Fin? ¿Comienzo? ¿Dónde?
Andamos en círculo repitiendo lo materializado,
mientras tanto lo estancado en el querer (y no poder)
se va marchitando junto con nuestras vísceras
corrompiéndose con el miedo.
En otras ocasiones no existe ni fin, ni comienzo, ni espiral,
simplemente nos guiamos sin tiempo indagando
nuevas experiencias, sabores y sonrisas.
Ojalá tuviésemos la voluntad de realizar
lo ansiado en cada momento,
sin torturarnos la cabeza (ni el corazón).
Tal como concebimos el tiempo
somos conscientes de que siempre hay un fin,
por mucho que pretendamos retrasarlo o evitarlo,
constantemente nos abraza prohibiéndonos exigir cualquier otra consumación.

16 de diciembre de 2012


Caminas como si danzases
por encima de las incertidumbres
que me acogen.
¿Realmente tú eres tú?
En cada palabra, en cada término
percibo tu caricia.
Dejaré de disimular el miedo
para refugiarme en tu verso.
Gritaré lo que siento
sin mirarte a los ojos.
Te abrazaré enmascarando
mi cobardía tras tus brazos.
Pero, ¿qué harás tú?
¿responderás todas las cuestiones?
¿hablarás escondiéndote de lo que deseas manifestar?
¿me abrazarás como si me lo hubiese inventado?
¿engañarás a mi sentir?
Reflexionaré sin perturbarme
mientras ansío el encuentro.
Eso sí: no sin cobardía.

10 de diciembre de 2012


Ardo, es hora de incinerar la amargura
mientras la velo con mi llanto.
Viene la pena
a golpear por dentro el ritmo exigido,
me pesan los ojos: lloran sin querer,
han perdido las ganas de vivir viviendo.
Estaba en un rincón. Serena, sin sonrisa,
casi triste, llevando la pena detrás de los absurdos límites
de la podrida carne de los días.
Me siento cada vez más ligera
como un recipiente que se vacía.
He llegado al odio más inútil
entre cuatro paredes vidriadas de silencio.
Y allí, recuerdo: nacer es comenzar a morir,
pero yo no le temo.
Nada puede temer quien nada tiene,
quien nada espera tener:
apenas tiempo,
tiempo que se detiene
creando los silencios más absolutos
estallando el vacío.
Hay días que se parecen a una casa en ruinas
en los que aprendo a no pedir nada,
en los que me pierdo y no sé qué hacer con lo que voy descubriendo.
Duele envejecer, el paso del tiempo,
pero más difícil resulta comprender que se ama
solamente aquello que envejece.

No hay nada más aterrador
que estar frente a frente con el paso del tiempo
en una cárcel, en una celda, en prisión
o en un camino equivocado
donde el silencio es tanto,
que se oye cómo pasa.
Es sólo tiempo que pesa sobre nuestras manos,
es sólo tiempo y no es material.
Yo camino, sin prisas,
contando los pasos que voy dando
mientras voceo: “los días son largos, pero la vida es corta”
Sé muy bien lo que deseo: quiero lo no concluido
pero no lo que necesito.
El tiempo que ha dolido el ser lo que ahora eres,
y esa muerte que ha venido a remplazar la herida.
Dicen que los muertos dan asco,
pero ser viejo es peor que la muerte.
Lo articularé: mi destino es esperar en la puerta mientras otros pasan.

4 de diciembre de 2012


Aún conservo su brillo en las retinas de mi memoria
arañándome las vísceras en lo más profundo.
Es la nostalgia de lo finito por lo infinito,
la búsqueda constante e inconsciente del ser.
Me estoy haciendo.
Estoy siendo y estoy haciéndome.
Dime todo lo que te provoco,
entretanto bebo para emborrachar al corazón.
Pero tengo miedo:
¿cuánto miedo eres capaz de retener?
¿de qué sirve seguir alimentándolo?
La felicidad duele.

Me dije: nunca es lo imposible,
nunca ha empezado y nunca acabará.
Constantemente recuerdo aquella cita:
“Los que menos lo merecen más lo necesitan”
Pues no.
Hoy no.
Yo no.
Sólo en el tiempo hay espacio para mí.
No cumplo nada, sólo vivo,
¿esperando o sin esperar?
Qué más da.
Moriré un domingo, son días de muerte.
¿Adónde voy?
Sólo voy.

24 de noviembre de 2012


¿Por dónde empiezan a llorar las palabras?
Es muy arriesgado perder la(s) forma(s),
moldear la innata estructura causa pavor,
pero me repito: ordenar es buscar la mejor forma.

¿Por qué nada digo y sólo gano tiempo?
¿Y si en realidad nada ha existido?
Si tuvieran la locura de la franqueza,
¿qué se dirían las personas, unas a otras?
Atreverse es de cobardes.
Estos, hablarían sin palabras;
los valientes buscarían el lenguaje natural,
y adaptarían el discurso al medio.
Pero yo soy esa que anda por cuerdas flojas
porque tengo complejo de funambulista insaciable.
El propio vértigo es el mismo motor que me roba
el aire y me conduce.

Vivir la vida en vez de la propia vida está prohibido.
¿Latir es ser persona?
Vivir no es valentía,
la valentía es saber que se vive.
Vivo, viviré siempre y he vivido,
pero les advierto:
será por última vez.

17 de noviembre de 2012


Voy a tomar altura y distancia para contemplar cómo enredas las heridas,
rasgando profundamente lo intacto.
Voy hacia donde nada es necesario:
todo es ficción e imaginación.
Inventé aquel juego perturbador,
las palabras muertas disueltas en ceniza,
el amor,
el tiempo,
inventé todo lo que tenía que ver contigo:
te inventé.

Todas las mujeres se creen pájaros
y no son más que cuerdas atadas a su amo,
por costumbre,
por miedo,
por inercia.
Pero tú eras aquella que huías con el escalofrío entre los huesos,
como el amor fugitivo.
Tu piel como el mapa en blanco
de la desesperanza,
convirtiendo el silencio en el comienzo
de una tregua sin fin.

Lo que se desprende es porque ya no lo necesitamos más,
pero tal vez lo queremos, aunque a nadie importe.
Nadie sabrá nunca el porqué de una derrota,
de una huida,
de un miedo que perturba las entrañas,
de un amor fugitivo.

¿Qué queda de su abrazo,
de ese amor sin medidas,
de esa culpa perfecta?
¿Qué hace allí dentro sin aire y sin ventanas?
¿Por qué se quedan quietas,
tan frías?

El tiempo se detuvo.
Ya lo decían los griegos,
los seres humanos se dividen en tres grupos:
los vivos, los muertos y los navegantes.
No pudieron con ella las tormentas,
el frío y las batallas.
Ella se abre, se cierra,
se multiplica cada día.
A pesar de ello, podíamos seguir eternamente vivas,
sin esperarnos nada,
sin el menor resquicio de futuro.
La verdad, nunca creí que fuera tan doloroso terminar algo que nunca empezó.

11 de noviembre de 2012


Qué significa el día, todos son idénticos,
son diferentes.
Once del once, ¿qué fue ayer?
Por un instante retrocede en tu imaginación,
vuela hacia lo más alto,
hace unos meses,
un año,
o dos.
¿Realmente ves lo mismo que en aquel momento presente?
Menos mal.
Ahora vuelve. Vuelve y agarra las cuerdas de este carro,
manióbralo a tu antojo, a tu manera,
a tu capricho.
Y vive, vive como si no hubiese ayer
ni mañana.

7 de noviembre de 2012


Por un momento cerré los ojos
y me sumergí en el recuerdo
olvidando curarme las heridas.
Aquella persona- la máscara
es ya máscara de nada.
En situaciones vuelve y baila en algún lugar de la memoria,
pero ya todo está deconstruido.
Ahora juego en un juego sin reglas establecidas
aprendiendo, en cada momento,
que hay que vivir sin esperar.
Mientras tanto me dices que vuelva a renacer contigo
y hoy me veo capaz.

29 de octubre de 2012

¿Quieres bailar?


Mi vida en metáforas
induciendo dolores entrañables
bajo esta gélida lluvia.
Arde,
todo se (des)prende
en la llanura de la memoria.

Una vez un desconocido interrogó mi ser:
¿para qué vives?
¿a quién temes?
¿eres reversible?
Lucha por aquello que quieres.
Pero, ¿qué deseas?
¿hay algo mejor que eso?
¿cuántas veces podrías mirar el mar y no ver nada?
¿quieres bailar?
Fueron las cuestiones más cuestionadas,
ahora,
sólo bailo
(bajo la lluvia).
¿Vienes?

25 de octubre de 2012

Ya no sé lo que pretendes.


Ya no sé si pretendes
continuar el vuelo,
jodernos de frío en invierno,
estornudar en primavera,
pisar hojas secas en otoño
mientras olemos la humedad y comemos castañas,
teñir de rojo las playas,
nadar (a contracorriente) bajo la luz de la luna…

Ya no sé si pretendes
calentarte los pies bajo las sábanas,
sembrar sonrisas en rostros ajenos,
coleccionar abrazos reconfortantes,
derribar obstáculos,
parar el mundo,
cre(e)ar infinitos,
soñar despierta…

Ya no sé si lo pretendes
conmigo
o sin mí.

20 de octubre de 2012


Sumida en la más heroica indiferencia
veo danzar el universo.
Ya no huyo de la noche,
ni del céfiro
o el tiempo.
Escabullo el próximo encuentro,
me aferro a lo adquirido
y ahora retengo la cobardía
como si fuese mía.
Pero, ¿tú sigues ahí?

15 de octubre de 2012

Nada excepto la muerte para salvarnos de la muerte.


Toda persona tiene una muerte,
su propia muerte,
esperándola.
La perteneciente se mantuvo adherida al color de su recuerdo,
mientras mordía algo en alguien:
infructífero,
desgarrador,
anhelante
e insaciable.
La exploración me llevó a nada,
a nadie,
huyendo de aquellas que satisfacían mis limitaciones,
a querer más que eso
y a la vez nada.
Ignoro mi pretensión,
pero ya es tarde
para quererme.

10 de octubre de 2012

La palabra hecha escombros.


Me como las palabras. Ellas me consumen,
engullen, devoran, perforan, golpean…
bam, bam.
Luchan letras contra letras magreando
todo el ser correspondiente.
En posibles ocasiones las aniquilo,
otras las mimo, de vez en cuando las rehúyo,
no obstante constantemente residen en mí.

7 de octubre de 2012


Quizá la cobardía, o el eterno miedo de equivocarse
es lo que lleva a anclar el barco en las aguas de lo conocido.
Pero eso equivale a mantenerse con vida y no vivir,
las aguas de lo desconocido aseguran la calma que pretendemos
arañando los miedos y prejuicios que siempre nos limitan.

¿Cuánto miedo eres capaz de retener con tan sólo dos manos?
¿Tienes miedo de no funcionar? ¿de perder(nos)?
Sí, el miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento,
pero ninguna persona es capaz de escoger sin miedo.

5 de octubre de 2012


Invade los lugares que tú me desocupas,
estalla en las esquinas por donde me has querido,
revienta en las alcobas por donde me has arañado
y forma los senderos
por donde multiplicas tu soledad sin fondo.

21 de septiembre de 2012


En el momento que desaparezco realizas lo que debes hacer, si me muestro se te derrumba todo el deber y emerge el querer. ¿Es eso a lo que juegas? ¿A deber? ¿A querer? ¿A deber queriendo? ¿A querer debiendo? No sé si es posible anexarlos. De todas formas, si los escucho en el mismo enunciado me perturba el inconsciente.

Constantemente hablamos en silencio. Intuimos que se presentará el momento de comunicarnos sin ellos, pero nos espanta la derrota. Todos somos perdedores. Nos alcanzará el final de la partida y tememos el golpe de la ola. Perderemos, estoy segura, pero recuerda que lo único que se posee es aquello que no podemos perder en un naufragio.

A ti, ¿te estremece la marea?

16 de septiembre de 2012


Hoy he aprendido a no confiar en la esperanza, sólo acarrea desilusión y lágrimas. He cuestionado todo a lo que me adiciono y me he paralizado. ¿Debería derribar aquello a lo que perteneces?, o, por el contrario, ¿debería mantenerlo intacto asesinando, únicamente, la esperanza? ¿Aparezco o desaparezco? ¿Con esperanza o sin ella? ¿Me refugio en tu abrazo aun intuyendo la no correspondencia? ¿Me lanzo, por última vez, a la piscina sin ni siquiera saber si hay piscina?

(Presiento la derrota.)

4 de septiembre de 2012


Las ratas incordian a las ratas
en esta cloaca que llaman vida.
Salir del albañal es sólo un engaño,
es nuestro destino vivir entre ratas.

Eres una nada a sí misma abrazada
atrapando la costumbre de matar en la mano
a aquellas ratas acorraladas en tu entorno.

El tiempo, dirá quién soy yo.

28 de agosto de 2012


Todo está construido sobre el autoengaño,
casi siempre la locura levanta su ala
y me abrasa hasta lo imposible.
Ahora aparecen nuevas posibilidades de trasbordo,
de pérdida.
No obstante volveré a caer constantemente en el error:
aceptar que aún sigo viva,
creer sin engañarme.

27 de julio de 2012

Quien vacía no pierde. (¿Y gana?)


Porque vaciarse es acción:
lo vacío no se puede vaciar”
señalaba Tsvetáieva en su Poema del fin.

Nada que añadir.
Nada que decir.
Nada que
Nada.

16 de julio de 2012

Cuando alguien muere cambian sus retratos.


Arañan las paredes recordando el cierre,
recogiendo todo el silencio de la noche.
Aún se oye la risa, las lágrimas fluyen,
y el beso cubre el corazón como un sello,
imborrable, único,
mas no dura mucho.
Rememorar el olvido de aquel ser causa
el recuerdo celebrado en su momento,
pero ahora:
¿qué puedo darte como recuerdo que no sea la sombra?
¿Para qué, una sombra?
Arrollo un drama quemado del que no quedan siquiera cenizas.
Siempre he odiado que sintieran lástima de mí,
por eso escupo el rumor apenas audible.
Me recuerdas a aquella bebida insípida
que no apagaba la sed.
Fue el día esperado recorriendo el camino inverso
donde descubrí el fin.
Ya no eres quién para torturar mi esencia
ni para darme fiebre, insomnio o sofocos.
Ahora olvido mejor que los olvidadizos.

25 de junio de 2012

Para que fuera todo, o para que fuera nada.


Permaneció el beso atrapado en mis labios
en la penumbra de aquella noche
causado por el miedo a invadir lo que no me pertenece.

¿Hasta dónde llegarías para obtener respuestas?
Pregunto residiendo en sonrisas
sin palabras,
con tal solo miradas
que abrazan mi nombre.

Me alcanza el escalofrío
de los besos no dados
de tan sólo dedos infinitos
acariciándome la piel
y mi ternura.

Voy perdiéndome
por dentro de los muros
del laberinto
sin fin
ni comienzo:
como un círculo,
una espiral.

Y dime,
¿qué será de nosotras
cuando se acabe el tiempo
de no tener abrazos?
No pretendo solución,
entretanto
voy a inyectarme el recuerdo por las venas.

12 de junio de 2012

Todas las letras evocan tu nombre.


Aráñame mediante aquella dulce sonrisa que lucías ese día.
Bésame con tus brazos férreos cargados de ternura.
Carcómeme con la mirada como si un roble fuese.
Desgástame los labios a base de palabras no dichas.
Enfríame la piel de mis miradas, son fuego.
Fabrícame con  pretensiones, y sin ellas.
Grítame al oído el acorde de tu canción.
Hechízame a besos sin rozarme.
Inspírame, se mi musa particular.
Juégame, no desfallezcas.
Kuélgate de mi cuello robándome lo inevitable.
Lluéveme mientras desvanezco los caminos de tiempos pretéritos.
Muérdeme el corazón ahogándolo en rojo.
Nómbrame sin verbos que evoquen su nombre.
Ódiame recordando lo jamás atesorado.
Petrifícame para convertir la carne en piedra, la piedra en carne.
Quémame y conviérteme en cenizas.
Rómpeme junto a tus muros.
Saboréame en otros labios.
Tásame sin medida establecida.
Úsame cual abrigo de invierno, embólsame en verano.
Vuélame con la uve de verte.
Yuxtapónteme sin pretenderlo, aun ansiándolo.
Zámpame hasta convertir mi sangre en lluvia.

3 de junio de 2012

Se acabó lo que sed daba.


Me mantuve recorriendo un camino forjado por la esencia que me constituye, paciencia y amarga ilusión asida en extrema dureza a objetivos arduos trasladándome a la culminación.
De pronto, un día nublado y lluvia estrepitosa alcanzaron en mí el arduo preguntar sobre la importancia de los caminos transitados. ¿Había sido una elección? ¿Disfrutaba cada paso dado en el caminar de la dilatada travesía? Nunca respondí a tales cuestiones, desbordan mi límite.
Intervine del modo idóneo, derrumbé todo mi presente que ya es pasado para reinventar mi camino. En este momento permanezco en espera aguardando la ocasión de elección, entretanto saboreo personas, sonrisas y palabras.
De todas maneras, constantemente zarandea en mí un interrogante: ¿qué esperar cuando estás esperando?

22 de mayo de 2012

Una sombra de humo empaña los cristales.


La penumbra del subsuelo recorre en mí un hilo de incertidumbre
agravándose conforme se precipita el tiempo.
Debo descender al fondo del pozo
y encontrar las estrellas derruidas,
amargas y tenues sostenidas bajo ese fútil revestimiento.
Las corazas construidas con tanta pasión
y sutileza aún no han perdido el color férreo,
continúan preservando sin atenuar su vestimenta.

Tú, la más envidiable de las reinas
porteas el carro al castillo encabezándolo a tu mejor manera;
no obstante para jugar debes desasir las riendas
y vivir el momento, como tal obras, exenta de moderar cada suceso.
Comprendo que nunca se modelará nada, porque nada es nada,
entretanto surcaremos mares
que no son océanos,
y recorreremos ciudades perfumadas de pasado.
Aun sabiendo la insuficiencia de las sonrisas,
se ha hecho de noche durante la contemplación.
El desconocimiento del límite quizá sea lo más medroso,
incluso percibiendo el exiguo porvenir.
Sin embargo ya nada me compete,
por tanto, juguemos mientras podamos.

16 de mayo de 2012

Lo que tienes es también lo que puedes perder.


Hay veces en las que te cuestionas todo. El porqué, el cómo, el quién, el cuándo e incluso también el cuánto. Reflexionas acerca de tu vida como si durase una eternidad, pero ciertamente se puede estropear o acabar en un simple minuto. Por el contrario, puede convertirse en vida en un ingenuo momento.

Mientras me subo al autobús me paro y pienso que las relaciones tienen fecha de caducidad. No todas, o eso quiero creer, aunque a veces mi cabeza se plantea qué ocurriría… porqué, cómo, quién, cuándo y cuánto, de nuevo.

Ten cuidado, porque la vida no se repite nunca.

Y vuelta a empezar.

11 de mayo de 2012

Cansada de abrir la boca y beber el viento.


Trato de agarrarme a unas manos cercanas,
pero todo el mundo camina demasiado rápido.
Cuando una olvida sus metas
también olvida las consecuencias.
Mis manos acabarán por firmar
nuestra propia sentencia de muerte.

Tengo en mi rostro la racha de un viento helado,
y no sé de dónde viene.
Necesito escapar de mil caminos que no son los míos,
necesito estar viva.
Trato de gritar lo que me pasa,
pero quizá no me pasa nada
y además el ruido es demasiado alto.
Sentir dolor
y chillar.
Porque odiar es como dar un sorbo de agua
cuando estás sedienta.
Y amar es como intentar derribar una pared invisible
a cabezazos.
Aun así puede que merezca la pena.

7 de mayo de 2012

¿A qué pertenecemos?

¿Qué estoy haciendo?
Está oscuro y quiero entrar.
El silencio es fuego.
El dolor es un río
donde una alcanza siempre
a bañarse dos veces
en las mismas orillas.


Me quedé encerrada
en el fanal del tiempo
haciendo de columna,
de brazos,
de barrotes.
El viento muere en mi herida.
¿Habrá que morir voluntariamente,
o esperar a pesar de todo?


No quiero comprenderlo,
intento aceptar la respuesta.
No puedo.
Mi camino se abre como una enredadera
debajo de sus alas.
Todo el mundo tiene derecho a eso:
a imaginarse lo imposible.
Aún quedará de ti el recuerdo translúcido,
la sed,
el hambre,
y el amor perfilado de una noche sin nombre.
Pero sé que me amaste,
que me elegiste.
Que quisiste entregarme una parte completa
de lo que ya no eras.
Una nueva forma de amor,
de amar,
de no ser nada.
Pero no he renunciado ni al amor ni a la herida.

29 de abril de 2012

¿Qué pretendes que haga?

Me carcome la distancia. Mata, estruja, rompe, viola, quema, folla, dispara, muerde, araña.
Navego en piragua temiendo el golpe de la ola.

Todo
en
esta
vida
es
cuestión
de
tiempo.

Acabaré con todo.

27 de abril de 2012

Vuel(v)o


Tienes que estar atenta,
que cuando emprenda el vuelo tendremos el instante,
el fulgor de las alas,
y luego vendrá el vértigo del amor más brutal.

25 de abril de 2012


Busca tu herida, deshazte de ella
cúrala con las lágrimas,
con los papeles del tiempo pasado.
Rómpelos, préndelos,
arde y conviértelo en fuego
y después en ceniza, en escombro.
Ahí tienes el pilar de tu nueva construcción,
lo que quedó de la lucha es lo único que vale.
No importa, despréndete del vestuario y comienza la función.

21 de abril de 2012


Huyo de lo establecido con la inconstancia de mis pasos. Sin temor ni temblor.
Saboreo la viveza del contexto.

Regreso a la tarde de tus miradas,
a la noche de delicadezas y sonrisas,
a los despertares del insomnio,
a las miradas indescriptibles, indecibles, innombrables,
a los gritos del silencio,
a la explosión de mi pecho.
Vuelvo.
Vuelvo al punto del aleteo,
del mar y la arena,
de la lluvia encharcada,
de los abrazos inciertos.
Vuelvo.
Pero sólo si está escrito en tu palabra.


16 de abril de 2012

Nada tengo de ti,
solamente el silencio de ser lo que me hiere.
Me cubre la sensación amarga de vivir la distancia,
pero poco importa eso ahora.

Me rebujo en tu falda,
mientras esquivo la verja de tus miedos inconcretos.
La sombra de tu cuerpo transita en un camino de ires y venires
entretanto saboreo sueños,
recorro los mapas,
los puntos cardinales,
rincones doloridos de todos mis paisajes
y apareces tú.
Avanzas hacia mí por todos mis recuerdos.

Hay una lluvia clara,
cenicienta y dulzona,
rasgando distancias,
incertidumbres,
certezas.

Hay un mundo imposible,
inabarcable y mágico,
mas hay que saltar el muro.

9 de abril de 2012


Háblame mientras saboreas mi piel. Las palabras que no se escuchan son las que más se sienten. Besa cada recoveco que se queda sin aliento y sóplale, para que respire. Para que te respire. Róbame el sentimiento atrapado en mi pecho. Cada beso, aliento, minuto que está sin estar. Alégrame los despertares con un abrazo lleno de insomnio, con una sonrisa dormida, con el roce de tu piel sabor café. Huye cada vez que te acerques, que me deleita. Me complace que te vayas bailando entre sonrisas, que cada beso tenga un final, que cada abrazo sea exiguo. Usurparé las miradas insaciables para retenerlas en el recuerdo. Memorizaré cada segundo compartido. Alabaré cada incertidumbre.
Danza en los despertares con la música de las sonrisas, con los abrazos, con el frío, con lo jamás nombrado, con la indecisión, con las miradas dichas sin decir, con el miedo, con la huida y la venida, con el todo y la nada al mismo tiempo. Baila. Baila sin tropiezos y sin límites. Baila hasta que la música se termine o hasta que cambies de canción.

8 de abril de 2012

Aquí y ahora.


Han crecido telarañas en la distancia de las horas. Le he puesto nombre a los días que noto tu ausencia. Susurro en la orilla de la imaginación un “ven” para divisar si el viento me concede el deseo. Me encierro en las murallas de mi mente y observo remotamente el humo que se alza cuando yo misma ardo. Busco en el recuerdo el presente, para ver si vuelve. Las horas y los días entierran la plenitud alcanzada. El tiempo mata el recuerdo. Resurgí de las cenizas en busca de la actividad desorientada. Ando sin vacilar con una entereza envidiable. Me corroe la paciencia de aguardar la ocasión deseada. Bajo mis pies sólo encuentro escombros, entretanto permanezco sedente en el ladrillo más elevado.

2 de abril de 2012

No tengas miedo.

Resurgí de las cenizas
como un ave fénix.
Renazco con cada sonrisa
que me dedicas
agarrando los momentos creados.
Mi mente sonríe
sin motivo aparente
ante cada tentativa.
Pero huyes besándome,
como siempre.

30 de marzo de 2012

Atrévete.

A veces me gustaría que me odiases.

21 de marzo de 2012

He tocado el paraíso pero me lo han robado en un segundo. Dejándome bajo la fría lluvia agarrada a la nostalgia.
¿Y ahora qué?

12 de marzo de 2012

La sola idea de pensar en ello me retuerce de manera asombrosa.
Las sensaciones que me cubren
podrían resumirse en inconexión.

El sabor amargo que degustamos
en el momento exacto
me lleva a repreguntarme
el paradero.

Me cubre una manta
que solo me deja liberar mis pies.
El desencaje me golpea
como a un saco de boxeo.

La ira acumulada se
desencaja por las baldosas.

17 de febrero de 2012

Desde las azoteas de la vida
se ve el horizonte perlado de arcaicas vicisitudes.

Escribo en la espalda del viento
un rosario infinito de señuelos
y espero bajo el plomo de los cielos
que blanda el viento la justiciera espada.

20 de enero de 2012

.

Dos actitudes que viven bajo el mismo techo, pero con diferente silueta.
No sé si la amargura mezclada con una pizca de chocolate es lo que quiero. Lo que sí es cierto es que prefería el bombón con esa miaja de amargura.

12 de enero de 2012

Atrapada

¿Te has sentido alguna vez atrapada entre dos decisiones? ¿Y entre más? ¿Te has parado detalladamente a analizarlas una a una, cada gramo, cada posibilidad? ¿Han estallado en ti todo tipo de sentimientos entremezclados? ¿Ha habido contraposiciones que no te han ayudado en tu búsqueda? ¿En qué te basas para elegir? ¿Eres capaz de ser por una vez completamente individualista y pensar sólo por ti? Porque yo no. No soy capaz de decidir. Ahora no.

8 de enero de 2012

Out

Soledad me acoge como una manta en pleno invierno,
Como una vela en plena noche.
Su olor característico invade cada instante de mi ser.
La piel que la cubre eriza mis pelos al palparla.
Me ofrece su mano, y al rehusarla irrumpe en mí el hervor del demente.