16 de diciembre de 2012


Caminas como si danzases
por encima de las incertidumbres
que me acogen.
¿Realmente tú eres tú?
En cada palabra, en cada término
percibo tu caricia.
Dejaré de disimular el miedo
para refugiarme en tu verso.
Gritaré lo que siento
sin mirarte a los ojos.
Te abrazaré enmascarando
mi cobardía tras tus brazos.
Pero, ¿qué harás tú?
¿responderás todas las cuestiones?
¿hablarás escondiéndote de lo que deseas manifestar?
¿me abrazarás como si me lo hubiese inventado?
¿engañarás a mi sentir?
Reflexionaré sin perturbarme
mientras ansío el encuentro.
Eso sí: no sin cobardía.

4 comentarios:

Verónica Calvo dijo...

No sin cobardía...

Pero quien se abre a recibir un ansiado abrazo deberá desprenderse del miedo para disfrutarlo en plenitud y dejar que todo suceda.

Juan A. dijo...

Estos días me ronda al acecho el principio de incertidumbre, me invita a una copa a horas insospechadas, me abruma con confianzas inapropiadas, me empuja al centro de la calzada, allí donde te lo juegas todo a una carta.

Me ha gustado tu poema.

Sístole dijo...

Arriesgarse o no.

Imaginativa dijo...

Hay personas que saben interpretar los gritos de las miradas y las intensas conversaciones que pueden mantener. La cobardía muchas veces está, pero tarde o temprano se disipa cuando llega la confianza.

Saludos!