12 de mayo de 2013


Todo acaba en ruina:
los días compartidos
el quemazón de las palabras sin decirse,
el tiempo que nos mata.
Los días pasan como paréntesis,
convirtiéndose en domingos absurdos
bebiendo la vida en una copa
mientras arde mi nombre.
Nunca hay una sola causa, ni consecuencia
las cosas no valen por el tiempo que duran,
sino por las huellas que dejan.
El teatro de la mente.
El burdel del subconsciente.
Sólo aquello que no existe no puede morir.