16 de abril de 2012

Nada tengo de ti,
solamente el silencio de ser lo que me hiere.
Me cubre la sensación amarga de vivir la distancia,
pero poco importa eso ahora.

Me rebujo en tu falda,
mientras esquivo la verja de tus miedos inconcretos.
La sombra de tu cuerpo transita en un camino de ires y venires
entretanto saboreo sueños,
recorro los mapas,
los puntos cardinales,
rincones doloridos de todos mis paisajes
y apareces tú.
Avanzas hacia mí por todos mis recuerdos.

Hay una lluvia clara,
cenicienta y dulzona,
rasgando distancias,
incertidumbres,
certezas.

Hay un mundo imposible,
inabarcable y mágico,
mas hay que saltar el muro.

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