Hoy nombro la vida con los dedos,
la que me venció en el camino
de vuelta a casa,
la que ahora resurge.
La conciencia es tan sabia que
para no hacerse daño
aúlla y susurra a partes iguales
exigiendo su usanza
para notar la consecuencia en el cuerpo,
pero él no quiere,
¡dice que es una tirana!
Hay que respetarlo para no dejar de sentir
la moderación es buena forma,
por eso jugamos a que una ataca
y la otra tiene que retroceder,
en este caso le ha tocado al cuerpo,
¿quién será el próximo?