27 de julio de 2012

Quien vacía no pierde. (¿Y gana?)


Porque vaciarse es acción:
lo vacío no se puede vaciar”
señalaba Tsvetáieva en su Poema del fin.

Nada que añadir.
Nada que decir.
Nada que
Nada.

16 de julio de 2012

Cuando alguien muere cambian sus retratos.


Arañan las paredes recordando el cierre,
recogiendo todo el silencio de la noche.
Aún se oye la risa, las lágrimas fluyen,
y el beso cubre el corazón como un sello,
imborrable, único,
mas no dura mucho.
Rememorar el olvido de aquel ser causa
el recuerdo celebrado en su momento,
pero ahora:
¿qué puedo darte como recuerdo que no sea la sombra?
¿Para qué, una sombra?
Arrollo un drama quemado del que no quedan siquiera cenizas.
Siempre he odiado que sintieran lástima de mí,
por eso escupo el rumor apenas audible.
Me recuerdas a aquella bebida insípida
que no apagaba la sed.
Fue el día esperado recorriendo el camino inverso
donde descubrí el fin.
Ya no eres quién para torturar mi esencia
ni para darme fiebre, insomnio o sofocos.
Ahora olvido mejor que los olvidadizos.