En el
momento que desaparezco realizas lo que debes hacer, si me muestro se te
derrumba todo el deber y emerge el querer. ¿Es eso a lo que juegas? ¿A deber?
¿A querer? ¿A deber queriendo? ¿A querer debiendo? No sé si es posible anexarlos.
De todas formas, si los escucho en el mismo enunciado me perturba el
inconsciente.
Constantemente hablamos en silencio. Intuimos que se presentará el momento de comunicarnos sin ellos, pero nos espanta la derrota. Todos somos perdedores. Nos alcanzará el final de la partida y tememos el golpe de la ola. Perderemos, estoy segura, pero recuerda que lo único que se posee es aquello que no podemos perder en un naufragio.
A ti,
¿te estremece la marea?