26 de agosto de 2013

Me comporté como un animal:
buscando abrigo,
reteniendo el olor,
ahogando la sed,
encontrando alimento entre los desechos
y entonces sentí que me mordían.
He perdido mi reflejo,
ya no hay mano que acaricie
el calor de mi existencia.
Todo lo convierto en engaño:
solo el cuerpo sabe la verdad.
Sé que no vendrá nada más,
no debo llorar:
he sido lo que he tenido
perdiéndolo todo
y ahora,
¿quién soy yo?
Se fue aquel que trastornó mi mundo,
hasta hundirlo en la muerte
o en la locura.
Solo sé que ya no espero.

2 comentarios:

Sandra Garrido dijo...

Casualmente yo espero y tú no. Pero no te cierres al amor . Como dice Lorca . Al amor humano, al universal. No esperes a la persona espera al amor. Nunca debemos perder la esperanza. Besos y una caricia

Darío dijo...

Parece que no hay otra forma de mantenerse más que con cinismo. Un abrazo.