Regreso
al punto de partida
donde
siempre he mantenido
la
cordura y la demencia.
Retorno
al lugar
donde
me siento herida y querida
a
partes iguales.
Vuelvo
al olvido,
al
dolor de la sinrazón,
a la razón
sin dolor.
Ahora
encuentro lo que busco,
aun sin
pretenderlo
me
encuentra el tiempo allá donde voy.
Procuro
no mirar el reloj,
refrescar
con júbilo el tiempo pasado,
el que
ya no puede revestirme.
Soy
otra y el tiempo es otro,
qué
distinto es todo
y sin
embargo sigo siendo igual.
Ya nada
me posee,
espero
sin recompensa
mientras
me mantengo cerca y lejos
de todo
y de
todos
siendo
culpable e inocente.
No
escondo la desesperación,
manifiesto
la espera de la muerte:
la
vida.
Admiro
las cosas inútiles
la
amistad, el candoroso amor, la familia.
También
las innecesarias
palabras,
rostros, amaneceres.
Entretanto
vivo un año más
avivando
el corazón
sin
morir en el intento,
apurando
el caudal de sangre
que atrinchera
a la vida.
Recuerdo:
nadie
conoce a nadie.
1 comentario:
No mirar el reloj, no pretender conocer a nadie. Buenas intenciones. Un abrazo.
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