20 de octubre de 2013

Al fundir apetito y control
hallo la huída de sus propuestas.
Mi cuerpo ya no se conmueve
con aquellos escalofríos,
pero aún padece al colocar
el manjar ante sus ojos.
Me da la vida
cada vez que la siento,
resuena la música
de sus abrazos desmedidos
y brilla en mí
la oscuridad de la luna,
de forma mágica
e inusual.
De cualquier manera
disfruto jugando con sus versos,
evocando la satisfacción de una mente a la de un cuerpo.
No me angustio
porque siempre asimilé su designio.

4 comentarios:

Vivian dijo...

Qué difícil fundir el apetito y el control!
En estos días estoy en controlar el apetito (parece, pero no es lo mismo) y estoy de mal humor, tengo hambre, quiero comer y comer hasta ser feliz. No sé por qué te cuento esto, es que me acordé que estoy a dieta…ajaja.
Un beso Lunática!

Sandra Garrido dijo...

el equilibrio a vece es facil perderlo, nos dejamos llevar por ese apetito, que no siempre nos hace buenas digestiones.

un abrazo

Juan A. dijo...

No cabe imaginar un más perfecto homenaje que jugar con sus versos, estoy seguro de eso.

Bisous.

Darío dijo...

El terreno del poema es propicio a ciertas diversiones... Un abrazo.