Caminas
como si danzases
por
encima de las incertidumbres
que
me acogen.
¿Realmente
tú eres tú?
En
cada palabra, en cada término
percibo
tu caricia.
Dejaré
de disimular el miedo
para
refugiarme en tu verso.
Gritaré
lo que siento
sin
mirarte a los ojos.
Te
abrazaré enmascarando
mi
cobardía tras tus brazos.
Pero,
¿qué harás tú?
¿responderás
todas las cuestiones?
¿hablarás
escondiéndote de lo que deseas manifestar?
¿me
abrazarás como si me lo hubiese inventado?
¿engañarás
a mi sentir?
Reflexionaré
sin perturbarme
mientras
ansío el encuentro.
Eso
sí: no sin cobardía.
4 comentarios:
No sin cobardía...
Pero quien se abre a recibir un ansiado abrazo deberá desprenderse del miedo para disfrutarlo en plenitud y dejar que todo suceda.
Estos días me ronda al acecho el principio de incertidumbre, me invita a una copa a horas insospechadas, me abruma con confianzas inapropiadas, me empuja al centro de la calzada, allí donde te lo juegas todo a una carta.
Me ha gustado tu poema.
Arriesgarse o no.
Hay personas que saben interpretar los gritos de las miradas y las intensas conversaciones que pueden mantener. La cobardía muchas veces está, pero tarde o temprano se disipa cuando llega la confianza.
Saludos!
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