Ultima
el mes de abril junto al ciclo constituido
alzado
con complicidad, aliento e inmediación.
Desde
el origen evocan el funesto final pertinente: nada es eterno
ni
siquiera los males o el cuerpo que invadimos,
no
obstante las capacidades mentales permiten pretender lo contrario,
incluso
al comprender su embuste
bregamos
por existir lo máximo en lo suculento.
Para
poner fin a las personas siempre es temprano,
me
aliento al comprender que la vida es un hostal
y
resistimos para morar en los máximos lechos dispuestos.
Me
tranquiliza atesorar la preciada confianza,
el
amor puro,
el
abrazo sin medidas,
el
dolor compartido.
Mas me
espanta la presencia del compromiso,
ser un
ser interrumpido,
sin
nombre,
ni
aprehensión.
Desde
aquí, anteponiendo el evento,
eternamente
agradecida.
3 comentarios:
La pertinencia del final... Sí, de una de estas moriremos, no hay duda.
Un abrazo.
Yo creo que morimos muchas veces en la vida. Y la mayoría, son por cosas buenas. El amor protagoniza muchos de éstos momentos.
Saludos
Nada ed eterno ni siquiera el cuerpo que invadimos.
la vida es un hostal.
siempre es temprano para poner fin a las persona...
Cuando esas personas son toxicas
ponerle fin. Eso lo llamo inteligencia emocional.
Comprenderse de paso por este mundo y que vivimos de alquiler. Mas de lo mismo
Saberse efimero y que todo cuanto nos comprende. Tiene algo en su srencillez que es realmente lo importante. Instantes.
P.d. nos defendemos cuando debemos luchar
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